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Lección 37: Alguien Pequeño con Curiosidad Grande

Lección 37: Alguien Pequeño con Curiosidad Grande

Referencia Bíblica: Lucas 19:1-10
Versículo de Memoria: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

¿Eres curioso? Cuando yo era pequeño, era muy curioso—como lo es la mayoría de niños. Un día cuando tenía casi cinco años y estaba en la escuela, fui a curiosear detrás de un arbusto. Una de las maestras salió a botar agua con un balde, y decidió hacerlo en el área donde estaba el arbusto. Como debes imaginar, ¡ella me empapó completamente! Yo grité, y ella no supo cómo calmarme. Al final, se me tuvo que llevar a la oficina de la directora, donde me prestaron ropa y donde tuve que esperar a mi mamá mientras me “secaba”.

Algunas veces la curiosidad te puede guiar a recibir un “baldazo de agua fría” (literalmente). Pero otras veces, la curiosidad puede ser algo bueno. Lucas 19:1-10 narra la historia de alguien pequeño con curiosidad muy grande. Esta persona no era un niño, sino un hombre adulto—pero era pequeño de estatura. Zaqueo, así era su nombre, obviamente había escuchado cosas maravillosas en cuanto a Jesús (Lucas 18:35-43), y quería verle en persona.

Jesús había entrado a Jericó, la ciudad de Zaqueo. Así que Zaqueo, quien era jefe de los publicanos y muy rico, procuró ver a Jesús, pero debido a la multitud y a su pequeña estatura no podía verle. Él se dio prisa y subió a un árbol sicómoro en el camino donde Jesús pasaría. Cuando Jesús Se acercó, vio al curioso Zaqueo y le dijo que bajara del árbol ya que Él iría a su casa (Lucas 19:5).

¡Imagina la emoción de Zaqueo al saber que Jesús también tenía interés en él! Toda la gente consideraba a Zaqueo como un “pecador” (ya que él cobraba impuestos para Roma) que no merecía la visita de Jesús (versículo 7), pero Jesús le mostró que le amaba y que Él había venido a buscar y salvar a todos los perdidos (versículo 10).

La curiosidad de Zaqueo le guió a buscar a Jesús, su corazón humilde le guió al arrepentimiento (versículo 8), y la gracia de Dios le guió a la salvación (versículo 9). Al final, Zaqueo no fue el único que estaba buscando a Jesús; ¡Jesús también le estaba buscando a él!

La historia de Zaqueo enseña que (1) Dios ama a todos y desea que todos sean salvos; (2) debemos enfocarnos principalmente en el Señor, no en la gente; (3) cualquier persona, independientemente de lo que haya hecho o lo que otros piensen de él o ella, puede acercarse a Jesús en arrepentimiento y obediencia; y (4) debemos tener curiosidad (deseo saludable) por conocer a Dios, hacer las cosas buenas y buscar Su perdón.

Como Zaqueo, no permitas que los “grandes” obstáculos o las críticas de la gente te impidan llegar a Jesús y hacer Su voluntad. ¿Eres curioso?

Preguntas

  1. Menciona dos ejemplos de curiosidad mala.
  2. Menciona dos ejemplos de curiosidad buena.
  3. ¿Qué crees que pensó la gente al ver a un hombre pequeñito subir a un árbol? ¿Crees que le importó eso a Zaqueo? ¿Por qué?
  4. ¿Crees que Dios hace distinción de personas debido a la estatura, color o raza? Lee Romanos 2:11 para ayudarte con tu respuesta.
  5. Lee Lucas 19:8. ¿Qué clase de corazón demuestra este versículo que Zaqueo tenía?
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