El Fruto del Espíritu—Parte 1: Amor, Gozo, Paz
Dios creó plantas que producen fruto el tercer día de la creación: “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así” (Génesis 1:11). Los árboles que Dios hizo fueron buenos. Así como en el caso de Adán y Eva, Dios dio un “trabajo” a los árboles: producir buen fruto. ¿Te gusta comer manzanas que estén malas, tengan insectos o algún parásito? ¿Qué hará un agricultor con un árbol que no produce buen fruto? ¡Probablemente lo cortará y lo usará como leña! Ese árbol no está haciendo el trabajo para el cual Dios le creó. ¿Sabías que las personas también “producen fruto”? Las personas que dicen malas palabras, que son egoístas, que mienten, etc. son como árboles enfermos llenos de parásitos que producen frutos malos. Dios nos creó para las buenas obras (Efesios 2:10). Cuando amamos y obedecemos a Dios, somos como árboles fuertes y hermosos que producen fruto delicioso que todos pueden disfrutar.
En Gálatas 5:16,22-23, Pablo animó a los cristianos a “andar en el Espíritu”; es decir, hacer elecciones buenas que agraden al Espíritu de Dios. Pablo quería que seamos como árboles fuertes que producen buen fruto. Él llama “el fruto del Espíritu” a estas buenas elecciones en la vida. Pablo listó nueve virtudes, y en este artículo veremos las tres primeras.
Amor
La primera virtud del fruto del Espíritu es el amor. La persona que agrada a Dios producirá amor. Este amor no es como el deseo que tenemos por los juguetes, la pizza o los dulces. Esta clase de amor significa que queremos lo mejor para los demás—sí, incluso para la gente a quien es difícil amar, como aquellos que te tratan mal en la escuela. Dios es nuestro ejemplo de esta clase de amor. Dios ama a la gente que no Le ama o incluso que Le odia. Él les da los rayos del sol, la lluvia y la comida (Mateo 5:44-45). Él quiere que amemos a otros de tal manera. ¿Cómo nos mostró Dios Su amor? ¡Correcto! Nos dio a Su Hijo para morir por nosotros (Juan 3:16; 1 Juan 4:9). Si amamos a otros como Dios nos ama, les trataremos con amabilidad y respeto—incluso a nuestros enemigos (Mateo 5:43-48).
Gozo
La segunda virtud es el gozo. “Gozo” puede significar simplemente “felicidad”, pero para aquel que ama a Dios, el gozo tiene un significado especial. No podemos estar felices todo el tiempo. Algunas veces nos sentimos tristes, molestos, temerosos, etc. El gozo es único ya que puede ser un sentimiento de satisfacción incluso cuando estamos tristes, temerosos o desalentados. Cuando seguimos al Señor, sentimos gozo ya que tenemos muchas cosas por las cuales estar agradecidos. Incluso podemos sentir gozo en medio de las tentaciones y pruebas (Santiago 1:2). Tenemos gozo porque Dios nos ama. Él escucha nuestras oraciones. Tenemos una familia cristiana maravillosa, y tenemos la esperanza de vivir con Dios por siempre en el cielo.
Paz
Una tercera virtud es la paz. “Paz” es el sentimiento de tranquilidad y calma. Como el gozo, podemos tenerla sin importar lo que esté sucediendo alrededor nuestro—incluso cuando nos sentimos mal. Los apóstoles Pablo y Pedro quisieron que los cristianos tuvieran la paz de Dios, incluso cuando eran amenazados, perseguidos y llevados a la muerte (2 Pedro 3:14; Filipenses 4:7). Si nuestra fe es fuerte, produciremos paz y aprenderemos a sentir calma sin importar lo que esté pasando en el mundo.
Derechos © 2019 por www.ebherencia.org. Publicado originalmente en Familia Cristiana, 3[4]:14-15.