Todos Necesitamos Metas
Imagina que prendes la televisión para ver un juego de baloncesto. Los equipos corren por la cancha. Uno de los jugadores toma la pelota y la pasa a su compañero, quien salta y la atrapa en el aire y la arroja. Mientras ves que la pelota vuela por el aire, notas que algo falta. No hay cesta de baloncesto. Los dos equipos están jugando en una cancha sin cestas. El puntaje es 0-0, y continúa de esa manera por el resto del juego. Piensa en lo aburrido que sería ver tal juego, y lo frustrante que sería jugarlo.
Ahora piensa en una persona que pasa el resto de su vida sin metas—como un juego sin una cesta. Tal persona no está tratando de llegar a ser alguien importante. No está tratando de mejorar en ningún trabajo. No tiene ninguna meta en cuanto a la manera que quiere que su vida luzca. Vaga sin rumbo a través de la vida sin nunca mejorar o hacer nada especial. Tener metas y tratar de alcanzarlas es una parte importante de la vida.
Cuando consideramos la Biblia, vemos que Jesús y los apóstoles tuvieron metas. Cerca del final de Su vida en la tierra, Jesús oró a Dios el Padre, diciendo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Jesús tuvo poco tiempo en la tierra. Para terminar Su trabajo, tuvo que fijarse metas y esforzarse para cumplirlas. Podemos ver esto a través de Su ministerio. En una ocasión, Jesús predicó la Palabra de Dios a mucha gente. A ellos les gustó Su mensaje y Le rogaron que no Se fuera. Jesús dijo que no podía quedarse. Él señaló: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado” (Lucas 4:43). Su meta fue predicar la Palabra en muchas ciudades, no solamente en una. Si hubiera hecho lo que la gente en tal villa quería, no hubiera alcanzado las metas que Dios tenía para Él.
Los seguidores y apóstoles de Jesús Le vieron fijar metas y siguieron Su ejemplo. El apóstol Pablo fijó y alcanzó muchas metas. Viajó por el mundo esparciendo el Evangelio. En una carta que escribió a la iglesia en Colosas, explicó por qué viajó y predicó tanto. Dijo que él y sus compañeros cristianos predicaban acerca de Jesús, “amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí” (Colosenses 1:28-29). ¿Cuál era la meta de Pablo? Quería que “todo hombre” en el mundo oyera el mensaje de Cristo y llegara al cristianismo. (La palabra “hombre” en este versículo significa humanidad, e incluye a toda la gente que puede entender el mensaje, tanto hombres y mujeres). ¡Qué meta tan maravillosa!
Ya que Jesús y Sus seguidores tuvieron metas, nosotros deberíamos seguir su ejemplo. ¿Qué metas tienes en tu vida? Al comienzo de cada año, usualmente la gente hace “Resoluciones de Año Nuevo”. Una resolución es algo que tratarás de hacer. Muchas veces, alguien determina ahorrar dinero, hacer más ejercicio o ser más agradecido. Las resoluciones son simplemente metas que alguien está tratando de alcanzar.
¿Cuáles son algunas cosas que quieres lograr este año? ¿No sería grandioso que determines leer la Biblia este año? Si lees algo de 15 minutos cada día, podrías lograrlo. O pudieras fijarte una meta de invitar a 10 personas a la clase bíblica. Puedes fijarte la meta de escribir cada semana una nota especial a una persona que te ha ayudado o hecho algo por ti. Decidir orar cada día es una buena meta. Independientemente de la meta que fijes, recuerda que el propósito de tu vida es glorificar a Dios, así como Jesús usó Su vida para hacer lo mismo.
Derechos en español © 2019 por www.ebherencia.org. Traducción por Moisés Pinedo. Título original en inglés, “We All Need Goals”, en Discovery, 28[1]:2-3.