Lección 14: ¿A Quién Debo Amar?
Referencia Bíblica: Mateo 5:38-48; Lucas 10:25-37
Versículo de Memoria: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44).
Hoy mucha gente habla del amor, pero el amor es mucho más de lo que la gente piensa que es. A veces se cree que el amor es algo que se siente, pero realmente es algo que se hace; es decir, algo que se demuestra por medio de acciones. “Amar” es un verbo, y como todo verbo, demanda una acción. Por ejemplo, cuando alguien te dice que “corras”, no te está pidiendo que “sientas” algo, sino que hagas algo.
En Mateo 5:38-48, Jesús mandó a Sus discípulos a amar. ¿Cómo debían hacerlo? Debían hacerlo a través de sus acciones. Sus acciones entonces cambiarían sus sentimientos. Si ellos realmente amaban, no se vengarían por el mal recibido (versículos 38-41), serían amables y serviciales con otros (versículo 42), y no odiarían incluso a sus enemigos, sino les bendecirían, les harían bien y orarían por ellos (versículos 43-44).
Es fácil amar a aquellos que nos aman, como a nuestros familiares y amigos. Es cierto que Dios quiere que ames a tales personas, pero también quiere que ames a otros que no conoces o que incluso pueden no amarte. Esto es más difícil, ya que a veces puedes sentir que “ellos no merecen tu amor”. Es por eso que el amor no se basa en los sentimientos; Dios quiere que decidas amar por amor a Él, y a su vez, esto te hará sentir bien. Dios también es nuestro ejemplo (1 Juan 4:8), ya que Él ama a todos y quiere que todos reciban Su amor (1 Timoteo 2:4)—aunque algunos no lo harán, sino que escogerán rechazar a Dios y Sus mandamientos.
Jesús contó una historia maravillosa de amor, la cual conocemos como “La Parábola del Buen Samaritano”. Los judíos y los samaritanos tenían una historia larga de odio y rencor entre ellos. Jesús contó que un hombre fue atacado por ladrones y dejado casi muerto en un camino peligroso. Dos líderes judíos religiosos, quienes deberían haber sabido del mandamiento de Dios a amar, vieron al hombre pero siguieron su camino. En cambio, un samaritano tuvo compasión del hombre, curó sus heridas y le llevó a un lugar para que cuidaran de él. Muy probablemente el hombre herido era judío (enemigo del samaritano), pero al samaritano no le importó eso y decidió amarle. El samaritano empleó varios recursos (esfuerzo, tiempo y dinero) para ayudar al hombre. Jesús dijo que así como el samaritano, nosotros también debemos tratar de hacer lo mismo (Lucas 10:37).
Entonces, ¿a quién debemos amar? Primeramente, a Dios (Lucas 10:27); y segundo, a toda la gente, incluso a aquellos que no nos aman. Jesús prometió que si hacemos eso, entonces seremos verdaderos hijos de Dios (Mateo 5:45).
Preguntas
- ¿Por qué crees que es fácil amar a nuestra familia y amigos?
- ¿Por qué crees que es difícil amar a nuestros enemigos?
- ¿De qué maneras podemos demostrar nuestro amor por otros? Da ejemplos.
- ¿Por qué crees que Dios no quiere que odies a los que te odian?
- ¿Podemos ser verdaderos hijos de Dios si rechazamos amar? ¿Por qué?
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