Lección 15: No Olvides Orar
Referencia Bíblica: Mateo 6:5-13; Lucas 11:1-13; Juan 17
Versículo de Memoria: “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9).
La oración—¡qué gran bendición! Imagina que el presidente de tu país te permitiera llamarle por teléfono todos los días para contarle cómo te fue en el colegio y para pedirle algunas cosas. Él responde y escucha tus llamadas en cualquier momento (¡incluso a la medianoche!); y siempre que necesitas algo, está allí para ayudarte y darte lo mejor. ¿Te sentirías muy especial? ¿Te sentirías seguro? ¿Y tratarías de aprovechar cada oportunidad para conversar con él?
¡Eso sería fantástico! Pero puedes estar pensando que solamente es una “ilusión”. Aunque puedes no tener tal relación con el presidente de tu país, realmente tienes una relación más especial con Alguien más importante: ¡Dios! Sí, el Amo del Universo quiere que nos comuniquemos con Él, y Él siempre está dispuesto a escucharnos y ayudarnos. Él es nuestro Padre (Zacarías 12:1; Hechos 17:28-29; Hebreos 12:9), y como Padre, quiere que Sus hijos también deseen comunicarse con Él.
En Lucas 11:1, los discípulos de Jesús Le pidieron que les enseñara a orar. Orar significa “comunicarse con Dios”. Jesús les enseñó que debían dirigir sus oraciones a Dios el Padre; glorificar Su nombre; orar por los creyentes; pedir que Dios hiciera Su voluntad; agradecer por las bendiciones físicas y pedir que sean provistas; pedir perdón de los pecados; y pedir ayuda en los problemas y tentaciones (Mateo 6:9-13).
Jesús también enseñó en otra ocasión que se debe rogar al Padre en Su nombre (Juan 14:13-14). Esto significa, “según la autoridad de Jesús”. La oración que Jesús enseñó en Mateo 6 y Lucas 11 es un modelo para nuestras oraciones; no es algo que debamos repetir cada vez que nos comuniquemos con el Padre. Tú no cuentas y pides siempre las mismas cosas a tus padres, ¿cierto? ¡Hay muchas cosas que decir y pedir a Dios en oración!
Nuestras oraciones deben ser sinceras (Mateo 6:5-6), humildes (Mateo 6:7-8) y constantes (1 Tesalonicenses 5:17). Jesús contó una parábola de un hombre que fue a la medianoche a pedir pan a su amigo. El amigo no quiso incomodarse, pero finalmente le dio lo que quería debido a la insistencia del hombre (Lucas 11:5-8). Dios es bueno, y nosotros podemos recibir bendiciones abundantes de Él si solamente Le pedimos (Lucas 11:9). Jesús también señaló que así como los padres terrenales suplen las necesidades de sus hijos (Lucas 11:11-13), el Padre celestial amoroso y bueno también suplirá las necesidades de Sus hijos espirituales (Juan 9:31).
Jesús fue un Hombre de oración. Una de Sus oraciones más largas se encuentra en Juan 17. Allí oró por Sí mismo (versículos 1-8), por Sus discípulos (versículos 9-19) y por los que creerían en la predicación de Sus discípulos (versículos 20-26). Como Jesús, nosotros debemos aprender a orar y desear comunicarnos con el Padre. No recibiremos todo lo que pedimos, ya que no todo lo que pedimos es lo mejor para nosotros; debemos pedir teniendo en cuenta la voluntad de Dios. ¡No olvides orar!
Preguntas
- Si Dios sabe todo y conoce nuestras necesidades, ¿por qué crees que necesitamos orar a Él?
- ¿Por qué cosas deberíamos agradecer en oración?
- ¿Por quiénes deberíamos orar?
- ¿Qué cosas deberíamos pedir a Dios en oración?
- ¿Cuándo deberíamos orar a Dios?
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