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Lección 41: Una Mujer Pobre que Dio Más que los Ricos

Lección 41: Una Mujer Pobre que Dio Más que los Ricos

Referencia Bíblica: Marcos 12:41-44; Lucas 21:1-4
Versículo de Memoria: “Todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento” (Marcos 12:44).

Imagina que estás recaudando donaciones para comprar camisetas para tu equipo de fútbol de la escuela. Alguien te da $1, y otra persona te da $10. Pregunta: “¿Quién te dio más?”. La respuesta parece ser obvia: la persona que te dio $10. Aunque esto es cierto si solamente se considera la cantidad del dinero dado, realmente la respuesta puede ser diferente si se considera la cantidad de dinero que cada persona posee.

Jesús señaló este punto cuando hizo referencia al dinero que la gente echaba en el receptáculo de ofrendas del templo de Jerusalén (Marcos 12:41-44; Lucas 21:1-4). Él estaba sentado en la parte exterior del templo, con Sus discípulos; desde allí, vio que la gente daba sus ofrendas. Los ricos daban mucho dinero, y esto debió haber impresionado a los discípulos de Jesús.

Luego llegó una viuda pobre que dio dos blancas—dos monedas de poco valor. La gente en el templo tal vez pasó por alto este acto, pero Jesús no lo hizo; Él dijo a Sus discípulos que ella había dado más que todos (Marcos 12:43). Para los discípulos esto habrá sido un poco difícil de entender—ya que era obvio que todos los demás estaban dando más dinero, así que Jesús explicó que los demás habían dado de lo que les sobra, pero que la mujer había dado todo lo que tenía, todo su sustento.

¿Qué podemos aprender de esta historia interesante? (1) Dios observa el corazón del hombre, y juzga sus acciones. Dios sabe si hacemos algo con buena actitud o no; no podemos engañarle con nuestras acciones externas (Mateo 6:1-5). (2) A Dios Le importa lo que hacemos con nuestro dinero. El dinero no es malo; realmente es algo que Dios nos da, y Él quiere que lo usemos adecuadamente (Mateo 25:14-30). (3) La mejor ofrenda no es necesariamente la más grande; en cambio, es la generosidad que procede del corazón (2 Corintios 8:1-5). (4) Independientemente de la situación de cada persona, todos pueden dar al Señor. Dios espera que Sus servidores den según lo que prosperan (1 Corintios 16:2), y algunas veces nuestras ofrendas a Dios y los demás pueden ser nuestro tiempo y esfuerzo. (5) Podemos usar nuestros bienes materiales para hacer tesoros celestiales (Mateo 6:19-21). (6) Dios nunca pasa por alto nuestro sacrificio, sino lo valora y recompensa (Mateo 10:42). (7) Debemos amar a Dios más que a cualquier cosa, y debemos confiar en que Él puede proveer para nuestras necesidades físicas (Mateo 6:33). Y (8) es mucho mejor dar que recibir (Hechos 20:35).

¡Qué lecciones tan maravillosas! Aunque Dios no nos pide que demos todo lo que tenemos, nos pide que demos y sirvamos con amor y gozo (Colosenses 3:23). Cuando sientas que no puedes hacer mucho por el Señor y los demás, recuerda a la viuda que dio dos pequeñas monedas, pero que hizo más que los ricos.

Preguntas

  1. Menciona algunas maneras en que la viuda pudo haberse excusado para no dar su ofrenda.
  2. Menciona algunas razones por las cuales crees que la viuda dio todo lo que tenía a Dios.
  3. ¿Crees que es correcto ofrendar mucho dinero pero hacerlo con tristeza? ¿Por qué? Lee 2 Corintios 9:7 para ayudarte con tu respuesta.
  4. ¿Crees que es correcto ser mezquinos cuando ofrendamos a Dios? ¿Por qué?
  5. Menciona algunas maneras en que puedes dar a Dios sin recurrir al dinero.
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