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Lección 43: Jesús Lava los Pies de Sus Discípulos

Lección 43: Jesús Lava los Pies de Sus Discípulos

Referencia Bíblica: Juan 13:1-17
Versículo de Memoria: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15).

Imagina que has estado jugando fútbol toda la tarde, y en tu camino de regreso a casa encuentras un charco y decides quedarte algunos minutos más a jugar y saltar en el charco. Cuando finalmente llegas a casa, tu mamá te pide que te saques tus zapatillas sucias y mojadas. ¡Tú te olvidaste usar calcetines, y tus pies están sucios y “arrugados” por el agua! ¿Cómo crees que huelen tus pies? ¡Terriblemente! De seguro que no quisieras tocarlos, sino correrías a tomar una ducha.

Hace 2,000 años atrás, cuando Jesús vino a la Tierra, la gente no usaba zapatos como los tenemos ahora, sino sandalias abiertas; casi todo viaje y actividad se realizaba a pie; y ya que no había caminos asfaltados como ahora, entonces podrás imaginar que los pies de la gente pronto se ensuciaban y olían terriblemente. Ya que este era el caso, una de las cortesías básicas que la gente ofrecía a los visitantes era lavarles los pies. Pero este no era el trabajo del anfitrión, sino usualmente era el trabajo del siervo más insignificante de la casa (1 Samuel 25:41).

Como sabes, Jesús era y es el Hijo de Dios—Dios mismo en la carne; y por tanto, el trabajo de un siervo, como el lavamiento de los pies de visitantes, no era un trabajo apropiado para Él. Sin embargo, al menos en una ocasión, leemos que Jesús tomó el lugar del siervo más insignificante para “lavar pies malolientes”—¡los pies de Sus propios discípulos (Juan 13:1-17)!

Después de cenar con Sus discípulos, Jesús tomó una toalla y un recipiente con agua y comenzó a lavar pies. Ya que este no era un trabajo distinguido, entonces Pedro (uno de los doce apóstoles) rechazó primero que Jesús lavara sus pies (versículo 8). Jesús le dijo que si no permitía que lo hiciera, no tendría parte en Sus bendiciones. Entonces Pedro aceptó que Jesús lo hiciera.

¿Por qué Jesús hizo eso? Jesús lo hizo para dar un ejemplo de humildad y servicio. Los discípulos (de los cuales ninguno había ofrecido lavar los pies a los demás) solían discutir frecuentemente en cuanto a quién de ellos era el mayor (Mateo 18:1; Marcos 9:34; Lucas 9:46), así que esto les enseñó adicionalmente que el que se humilla es el mayor (Marcos 9:35). El orgullo no engrandece a nadie, pero Dios exalta a los humildes (Santiago 4:10). Jesús también hizo eso para enfatizar Su misión de servicio en la Tierra (Marcos 10:45). Como Jesús, los discípulos también debían estar dispuestos a servir a los demás—incluso cuando se trataba de hacer lo que nadie generalmente quería hacer. Hubo algunas mujeres que hicieron exactamente eso (Lucas 7:37-38; Juan 11:2; 12:3).

¿Debemos lavar pies “malolientes” hoy? No necesariamente; la lección es que Jesús quiere que seamos humildes y serviciales ante Dios y los demás. Si Dios en la carne realizó un servicio tan humilde ante los seres humanos que realmente deben servirle, ¿cuánto más nosotros debemos servir con amor a los demás y a Dios mismo?

Preguntas

  1. Hoy no tenemos la costumbre de lavar los pies, ¿pero qué clase de cortesía ofrecemos usualmente a nuestros visitantes?
  2. ¿Por qué crees que los discípulos de Jesús discutían mucho en cuanto a quién de ellos era el mayor?
  3. Menciona algunas formas en que podemos servir a los demás.
  4. Menciona algunas formas en que podemos servir a Dios.
  5. ¿Cuáles crees que son algunos servicios buenos pero humildes que la gente frecuentemente no quiere hacer? ¿Estarías dispuesto a realizarlos? ¿Por qué?
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