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Lección 24: Panes y Peces para Miles

Lección 24: Panes y Peces para Miles

Referencia Bíblica: Mateo 14:13-21; 15:32-39
Versículo de Memoria: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6:35).

Cuando Jesús estuvo en la Tierra, Sus enseñanzas y milagros atrajeron a muchos. A veces la gente ocupaba tanto a Jesús y Sus discípulos, que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer (Marcos 6:31). Y en dos ocasiones, grandes multitudes siguieron y escucharon tanto a Jesús que tampoco tuvieron la oportunidad de comer. Afortunadamente para ellos, Jesús decidió “abrir Su bufé” para alimentar gratuitamente a Sus oyentes.

En una ocasión, algo de 5,000 hombres, más mujeres y niños, siguieron a Jesús para ser sanados y escuchar Sus enseñanzas (Mateo 14:13-21). Cuando llegó la noche, la gente todavía estaba con Jesús, y no había comido nada. Los discípulos sugirieron que Jesús despidiera a la gente para que fuera a comprar comida en las aldeas, pero Jesús decidió alimentarle. ¿Cómo? Los discípulos también se preguntaban lo mismo, ya que todo lo que había allí era cinco panes y dos peces que eran el almuerzo de un jovencito (Juan 6:9). Jesús tomó los panes y peces, bendijo a Dios, y mandó a los discípulos a repartirlos a la multitud. No, ellos no repartieron cinco panes y dos peces; realmente, Jesús había multiplicado milagrosamente esas provisiones, y al final, ¡incluso sobró 12 canastas llenas de comida!

La segunda ocasión fue casi parecida (Mateo 15:32-39). Tú puedes imaginar que con tanta gente siguiendo a Jesús todo el tiempo, algo similar pudiera repetirse varias veces. Esta vez, la multitud era como 4,000 hombres, más mujeres y niños. Otra vez, Jesús no envió a la gente sin comer, ya que no quería que alguien se desmayara en el camino (15:32). En esta ocasión, ellos tenían más panes (siete) y tal vez más peces, pero como podrás imaginar, esto todavía no era suficiente para alimentar a miles de personas. Los discípulos ya habían olvidado lo que Jesús había hecho en la ocasión previa (15:33), pero Jesús no había olvidado Su compasión, ni tampoco había perdido Su poder. Él hizo el mismo milagro al multiplicar los panes y peces, y al final, ¡sobró siete canastas llenas de comida! ¡Increíble!

Hay varias lecciones que podemos aprender de estos dos milagros: (1) Debemos tener el mismo deseo de esa gente de escuchar la Palabra de Dios. (2) Jesús es compasivo. Aunque el hombre no debe vivir solamente para comer (Mateo 4:4), Jesús entiende nuestras necesidades y Se identifica con ellas. (3) Ningún don, talento u obra buena ante Dios es demasiado pequeña. Jesús pudo convertir el pequeño almuerzo de un jovencito en alimento para miles de personas. (4) Si buscamos el reino de Dios primeramente (Mateo 6:33), Dios proveerá para nuestras necesidades. (5) Dios siempre bendice abundantemente, tanto que sobró alimento en ambas ocasiones.

Sigue a Jesús siempre, ya que siempre hay abundante pan espiritual en Su mesa (Lucas 15:17).

Preguntas

  1. En Juan 6:35, Jesús dijo que el que viene a Él, no tendrá hambre. ¿De qué tipo de “hambre” crees que estuvo hablando?
  2. La Biblia realmente no dice que Jesús multiplicó panes y peces, ¿pero cómo puedes saber que esto sucedió?
  3. ¿Deberíamos seguir a Jesús solo por las bendiciones materiales? ¿Por qué?
  4. Piensa en algunas cosas “pequeñas” que puedes hacer por el Señor. Comparte tus ideas con la clase.
  5. Menciona algunas de las bendiciones materiales que Dios te provee diariamente. 
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