Lección 26: Jesús Se Transforma
Referencia Bíblica: Mateo 17:1-9; Marcos 9:2-9
Versículo de Memoria: “Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd” (Marcos 9:7).
Jesús es el Hijo de Dios (Mateo 16:16). Ya que es Dios, para nosotros es imposible imaginar la grandeza de Su gloria. Pero cuando el Hijo vino al mundo, Se presentó en varias formas humildes y comunes. Al comienzo, nació como un pequeño bebé indefenso, sin hermosura sobresaliente (Isaías 53:2). Sus padres terrenales fueron gente común y pobre, y no tuvieron mucho para darle (Lucas 2). Creció en una casa humilde de un pueblo humilde, y realizó un trabajo humilde; ¡fue carpintero! (Marcos 6:1-6). Aunque era Dios y podía tomar la forma que quería, decidió tomar la forma de siervo (Filipenses 2:5-8), y en esa forma, vivió y enseñó la mayor parte de Su vida.
Sin embargo, en una ocasión antes de Su muerte, Jesús dio la oportunidad a algunos de Sus discípulos de ver algo de Su gloria. Para hacerlo, tuvo que “transfigurarse”; es decir, Su aspecto cambió. En Mateo 17, Jesús llevó a Pedro, Jacobo y Juan a un monte alto, y Se “transformó” delante de ellos. Mateo dice que el rostro de Jesús comenzó a resplandecer como el Sol (17:2). ¡Eso realmente espantó a los discípulos! (Marcos 9:6). Sus vestidos también se volvieron resplandecientes como la luz. Marcos dice que se hicieron tan blancos como la nieve, y que nadie hubiera podido dar blancura a Sus ropas de tal manera (Marcos 9:3).
Ciertamente, eso habrá sido algo maravilloso para ver. Aunque los hombres mortales no pueden ver a Dios en Su gloria verdadera, tal escena mostró algo de la gloria y santidad de Jesús a Sus apóstoles. El relato también dice que Moisés y Elías aparecieron con Jesús. Luego una nube les cubrió, y Dios habló desde la nube, diciendo: “Este es mi Hijo amado; a él oíd” (Marcos 9:7). Al final, solamente Jesús quedó en la escena.
¿Por qué Se “transformó” Jesús? Aparte de mostrar Su gloria y santidad, la “transfiguración” tuvo el propósito de confirmar la deidad de Jesús; es decir, que Jesús es Dios (no solamente un siervo como Moisés o los profetas del Antiguo Testamento). Ya que es Dios, Se debe escuchar Sus palabras. Moisés dio la Ley en el Antiguo Testamento, y Elías, un profeta, representa las profecías del Antiguo Testamento; la Ley y los Profetas guiaban a Jesús. Pero con Jesús vino un nuevo pacto: el Nuevo Testamento. Esto es lo que ahora los cristianos debemos seguir como ley. El Antiguo Testamento es importante ya que nos enseña muchas buenas lecciones (Romanos 15:4), pero si queremos saber lo que Dios quiere que hagamos hoy, debemos ir al Nuevo Testamento; ahora debemos oír al Hijo.
Esta escena fue tan grandiosa que los apóstoles que la vieron nunca pudieron olvidarla (2 Pedro 1:18). Nosotros tampoco deberíamos olvidar su gran significado.
Preguntas
- ¿Por qué crees que Jesús, siendo Dios, escogió vivir en condiciones humildes?
- ¿Quién crees que es mayor, Jesús o Moisés? ¿Por qué?
- ¿Quién crees que es mayor, Jesús o Elías? ¿Por qué?
- ¿Qué quiere decir que debemos escuchar a Jesús hoy? ¿Y estás dispuesto a escucharle hoy
- ¿Cómo escuchamos a Jesús hoy? Lee 2 Timoteo 3:16 para ayudarte con tu respuesta.
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