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Lección 45: Una Promesa Muy Especial

Lección 45: Una Promesa Muy Especial

Referencia Bíblica: Juan 14:15-31; 15:18-16:15

Versículo de Memoria: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).

¿Alguna vez alguien te ha prometido algo muy especial? ¿Tal vez el juguete que querías tanto para el fin de año? ¿Tal vez un viaje a un parque de diversiones en las vacaciones? ¿O tal vez la visita de un familiar que no has visto por mucho tiempo? ¿Cómo te has sentido? ¿Y con cuánta emoción esperaste el cumplimiento de tal promesa?

Antes que Jesús muriera en la cruz, resucitara y regresara al cielo, hizo una promesa especial a Sus apóstoles. Los apóstoles habían estado constantemente con Jesús por algo de tres años, y ciertamente extrañarían a Jesús cuando Él regresara al cielo de donde vino (Juan 3:13). Desde luego, Jesús no quería dejar solos a Sus mejores amigos en la Tierra, así que prometió que les enviaría a un Amigo especial (Juan 14:15-31; 15:18-16:15).

¿Quién era ese Amigo especial? Jesús dijo que ese Amigo era otro Consolador (Juan 14:16)—Alguien que consolaría, abogaría y ayudaría a los discípulos adicionalmente en la ausencia física de Jesús. Jesús también dijo que ese Amigo era el Espíritu de verdad (Juan 14:17; 15:26)—Alguien que hablaría, inspiraría y enseñaría la verdad (Juan 14:26; 16:13). Y Jesús también dijo que ese Amigo era el Espíritu Santo (Juan 14:26)—Alguien que sería parte de la Deidad santa (Mateo 28:19) y que convencería al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8-11).

Jesús cumplió Su promesa, y cuando regresó al cielo, envió al Espíritu Santo (Hechos 2). El Espíritu Santo ayudó a los apóstoles a registrar las Escrituras del Nuevo Testamento (2 Timoteo 3:16). También les ayudó en la predicación del Evangelio (Marcos 13:11; Hechos 1:8). Y les ayudó al darles poder de impartir dones milagrosos a los primeros cristianos para promover la extensión del Evangelio en un tiempo en que las Escrituras todavía no estaban completas (Hechos 8:18; 1 Corintios 13:8-10).

El Espíritu Santo es Dios (Hechos 5:3-4), y es uno de los regalos más grandiosos que el servidor de Dios tiene. Él inspiró la Escritura a través de los siervos antiguos de Dios, y nos consuela, ayuda y exhorta a través de ella (2 Pedro 1:20-21). Aunque hoy el Espíritu ya no reparte dones milagrosos como en el primer siglo, nos guía a la fe y el crecimiento espiritual a través de las páginas de la Biblia (2 Pedro 1:3-8).

Así como la gente del primer siglo aborreció a Jesús y finalmente Le mató en la cruz (aunque Él vive hoy—Mateo 28), el mundo aborreció a los apóstoles de Jesús y les trató muy mal. Sin embargo, ellos enfrentaron el maltrato del mundo con gozo, y continuaron predicando la verdad con valor, ya que sabían que no estaban solos: ¡el Padre estaba con ellos como estuvo con Jesús (Juan 8:29); Jesús estaba con ellos (Mateo 28:20); y el Espíritu Santo estaba con ellos de una manera especial (Juan 14:16)!

Preguntas

  1. ¿Por qué crees que Jesús prometió otro Amigo a Sus apóstoles?

  2. Si el Espíritu guió a los apóstoles a toda la verdad, ¿crees que hoy hay alguna verdad que necesita ser revelada?

  3. Si la Escritura del Espíritu es suficiente para perfeccionarnos (2 Timoteo 3:16-17), ¿crees que hace falta que el Espíritu hable directamente hoy?

  4. ¿Cuántos “Espíritus” hay? Lee Efesios 4:4 para ayudarte con tu respuesta.

  5. ¿Cómo podemos saber que el Espíritu está influenciando nuestras vidas? Lee Gálatas 5:22-23 para ayudarte con tu respuesta.

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